Moreno tampoco controlaría esfínteres

Guillermo Moreno no sólo estaría fallando en el control de precios. Tampoco podría controlar esfínteres. El problema no sería de ahora. Se habría agravado durante el acto en Plaza de Mayo. Los efectos de su descontrol se habrían hecho sentir con gran intensidad en el palco oficial. Se contarían por miles los funcionarios afectados. El más perjudicado habría sido Lousteau. “Me estás cagando mal”, lo acusó. “Yo puedo cagar a pedos a cualquiera, pendejo”, se defendió Moreno.
La discusión ideológica entre los funcionarios no preocuparía al matrimonio Kirchner. Pero sí su gran difusión mediática. “No les gusta ventilar en público los problemas intestinos del gobierno”, reconoció en privado un conocido funcionario público.
Los descontrolados esfínteres de Moreno habrían puesto al país al borde de una crisis institucional. Habría sido cuando su flatulencia alcanzó el escenario presidencial de Plaza de Mayo. Por unos segundos, Cristina habría estado clínicamente muerta. Llegando, incluso, a intercalar saludos con Víctor Sueiro. “La salvó el viento de cola favorable y el humo de los choripanes”, reconoció un Ministro. “Si Moreno hubiese hecho lo mismo en Parque Norte, Cristina no terminaba el discurso ni el mandato”, ejemplificó.
El problema de Moreno habría comenzado a afectar seriamente la imagen presidencial. También su estómago. Le provocaría un fuerte aumento de su nivel de crispación, habitualmente alto. También afectaría su relato gestual y oral. “El enojo de Cristina no era por las retenciones al campo, sino por las no retenciones de Moreno”, confesó un ministro.
Analistas vendrían olfateando el problema desde hace tiempo. Las últimas reuniones de Gabinete se habrían hecho en la terraza de la Casa Rosada. La duración dependería de la dirección e intensidad del viento. Crecería la desconfianza de Moreno en sus colegas. Se negaría a ceder su silla y sentarse en la cornisa. Cristina le tendría vedado el acceso al despacho presidencial. También muchos funcionarios. Preferirían tratar los temas por teléfono.
La descontrolada flatulencia de Moreno no afectaría a Kirchner. Sería el único que lo recibiría con las puertas abiertas. También con las ventanas. Las constantes reuniones afectarían a los vecinos de Puerto Madero. También a algunos dirigentes partidarios. Cuestionarían el reconocido olfato político del ex presidente.

INFORME: NORMA ALEANDRO, CORRESPONSAL TX2K EN PLAZA DE MAYO. ASESORAMIENTO GASTROINTESTINAL: DRA. MARÍA AMUCHÁSTEGUI. AGRADECIMIETO ESPECIAL: SALAMINES “PORRETTI” (SOLICITE VIDEO DEMOSTRATIVO).

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