“La Ciudad tendrá un equipo policial competitivo a nivel internacional”. Como en sus tiempos en Boca, Macri anunció formalmente la creación de la Police Republic Organization (PRO). Con recursos propios, prometió que la “Bendita Prolicía”, como la llamó, estará en las calles en una semana. “Ahora se están entrenando en doble turno”, confundió a los periodistas, que no sabían si se refería a los agentes o a los jugadores xeneizes. “Me esperan en el Gabinete”, se despidió apurado.
Aunque la idea de la Prolicía estaba hace tiempo, el error de un plomero que trabajaba en el despacho de Macri aceleró el proyecto. Oculto detrás de una lámina de Quinquela y fuera de los registros oficiales, un martillazo equivocado permitió descubrir un viejo depósito municipal.
Macri llegó a la reunión de Gabinete con el Inventario del depósito en la mano. “Con todo esto, en una semana tenemos la Prolicía”, los entusiasmó. “Ya lo anuncié a los medios”, les avisó cuando escuchó las primeras cien quejas. “Pónganse a trabajar”, les ordenó antes de irse a almorzar con el plantel de Boca, concentrado en un hotel de Tokio. “Vuelvo tarde”, aclaró, valija en mano, antes de cerrar la puerta.
La secretaria repartió fotocopias del “Inventario Fundacional”. Los integrantes del Gabinete comenzaron a leerlo con desgano. “Es el cartonero Báez”, volvieron a definirlo.
Entre los innumerables objetos que se detallaban, había uno que Macri había resaltado en amarillo: “Lote de 1345 unidades de seres humanos (a confirmar)”. Después de bañarlos y acondicionarlos un poco, se comprobó que 1342 eran seres humanos, 2 eran maniquíes y el restante, un cartero embalsamado rotulado como “estatua”. De los 1342 seres humanos, 1338 estaban vivos. Todos eran empleados municipales, aunque sin función. “Ahora la tienen”, exclamaron en el Gabinete. La Prolicía comenzaba con 1338 agentes.
Entusiasmados, siguieron leyendo el Inventario. Se detuvieron en un ítem remarcado en azul. “49 autitos chocadores que pertenecieron al Ital Park”. Todos se miraron sonrientes. La Prolicía ya tenía patrulleros.
“Es un cartonero genial”, exclamó un macrista original ante el contenido detallado en otro ítem. “La gente se va a avivar”, alertó uno. “Bien pintados, pasan”, tranquilizó otro. “Sables de utilería, pistolas lanza agua, machetes de carnaval, réplicas de fusiles antiguos…” La secretaria volvía a leer en voz alta los ítems que Macri había resaltado en azul y amarillo. “Suficiente”, la interrumpió el macrista original. Todos sonrieron satisfechos. Los 1338 agentes no sólo tenían en qué circular, sino que también estarían armados. La Prolicía era un hecho.
“En una semana tienen que estar en la calle”, recordó uno. Las sonrisas desaparecieron. “Ya lo arregló Mauricio. En un rato llega Bianchi, y trae el celular”, se las devolvió la secretaria. Un brindis con mate cocido selló la reunión. El cartonero tenía razón. Ahora si, la Prolicía era un hecho.
INFORME: ELOÍSA CAÑIZARES. ASESORAMIENTO DEPORTIVO: NUCHA AMENGUAL. AGRADECIMIENTO ESPECIAL: RESTAURANT ANDALUZ “LOS BORRACHOS DEL TABLAO” (PRUEBE NUESTROS EXQUISITOS FLAMENCOS EN ESCABECHE).
Hace 8 horas
1 comentario:
No creo que el Mauri deje que su policía tenga sables falsos.
Darle AK47s, granadas y tanquetas a la policía, ESO ES PRO!
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