Larry de Klay le borra la sonrisa a Macri

“Si con Scioli ganamos en la Provincia, con Larry arrasamos en la Capital”. El entusiasmo de Alberto Fernández terminó de convencer a Cristina, que prefería de candidata a China Zorrilla a pesar de las insistentes, aunque discretas, observaciones del canciller Taiana sobre la nacionalidad uruguaya de la actriz.
“Aunque Larry tampoco es porteño, es de Escobar”, también había apuntado con poco éxito uno de los mozos de Casa de Gobierno, que, además de café, suele acercar el “punto de vista popular” (CFK dixit) a la “mesa chica” de las grandes decisiones políticas matrimoniales.
Néstor, que también es Kirchner pero no Fernández, había “comprado” la idea luego de estudiar detenidamente un divertido compilado con los mejores chistes de Larry de Clay, elaborado por la SIDE con material obtenido clandestinamente de Ideas del Sur (y que habría sido el verdadero motivo de la pelea entre Tinelli y Alberto Fernández, y no las facturas truchas como se argumentó en ese momento).
Mientras garabateaba bocetos de la futura campaña en las servilletas, Pepe Albistur, el Secretario de Medios, acercó su tan creativa como ponderada opinión: “Representamos el cambio, así que cambiemos su nombre por Larry de Klay. De paso, nos ahorramos de pagar el royalty artístico a Tinelli y con esa plata hacemos más afiches”.
“Y también cambiemos su domicilio, porque si tiene que votar en Escobar estamos fritos como un Patty”, agregó Aníbal Fernández,
aportando no solamente la cuota de humor que ameritaba el nuevo proyecto, sino también un flamante DNI donde Larry sonreía como siempre, aunque con el Obelisco de fondo.
“¿Y qué hacemos con su nombre real, que es Raúl Biaggioni?, preguntó con cierto candor juvenil Carlos Zanini, algo incómodo entre la seguridad jurídica, la necesidad política y el pesado sillón de Rivadavia, que es Bernardino.
Con cierta suficiencia creativa, Pepe Albistur le acercó a Zanini una de las servilletas-bocetos titulada “frases de campaña”. Allí, un resaltador flúor priorizaba gráfica y psicológicamente la lectura de uno de los textos: “Larry de Klay, que es Raúl Biaggioni”.
Al igual que la foto del nuevo candidato, todos rieron. Menos el mozo, que convencido de portar en su bandeja el “punto de vista popular” (CFK dixit), observaba emocionado una foto autografiada de su admirada China Zorrila.

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